El camino hacia la automatización parece inevitable y eso hará que gran parte de los trabajos basados en tareas sencillas que puedan ser llevados a cabo por cualquier persona, sean absorbidos por las máquinas y los algoritmos. ¿Qué pasará entonces? ¿Cuál serán las opciones de generaciones enteras que han sido educadas y que han pasado su vida aprendiendo y ejerciendo dichas tareas sencillas y repetitivas?. No hay una respuesta sencilla.
Mi visión de la automatización del trabajo tiene forma de tsunami, una ola gigantesca que nos asombra en la distancia pero que, cuando nos impacte, hará desaparecer todo lo que conocíamos, transformando el paisaje y nuestra forma de vida. Nuestra mejor opción en ese momento será ser flexibles, como una palmera delgada en primera línea de playa. Flexibles a la hora de dar sentido a nuestra realidad para encontrar de nuevo nuestro sitio, para cuestionar nuestros modelos mentales y enfocar nuestras cualidades y fortalezas en evolucionar, en adaptarnos.
El gran reto que supone la automatización para las personas, es abrazar el cambio como parte de nuestra propia naturaleza, un lugar de resistirnos a él. La evolución es lo que nos define como especie, y necesitamos desarrollar las capacidades que nos permitan aprovechar los cambios, afrontarlos sin trauma y adaptarnos para seguir progresando.
El cambio no es más que la tensión que se genera entre la visión de un futuro deseado y la situación actual en la que nos encontramos. Es esa diferencia la que provoca el continuo movimiento, y es nuestra incapacidad para percibirla la que nos hace nadar contracorriente hasta ahogarnos. Esta diferencia entre la situación deseada y la situación actual es el motor de las organizaciones y se encuentra incrustada en su estructura. Las organizaciones tienen una visión hacia la que tienden y una misión, a través de la cual, irán cerrando la diferencia que las separa de su visión.
Nuestra obligación es tratar de dar sentido al cambio y darle respuesta, desarrollar nuestras capacidades de ser Flexibles, Autónomos, Creativos y Emprendedores, es decir, desarrollarnos como personas FACE.