¿Están las Organizaciones Sociales preparadas para impulsar el cambio sistémico?

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By Miguel Pantaleon

Mi opinión hoy es que no, pero hay un sencillo camino para desarrollar la capacidad de comprender el sistema y promover el cambio.

La desigualdad social, la luchar contra el cambio climático o la defensa los derechos humanos son problemas extremadamente complejos por tres motivos fundamentales:

  1. La gran interdependencia entre todos los elementos
  2. Los procesos de retroalimentación entre los elementos que provoca que el comportamiento de los problemas evolucione a lo largo del tiempo
  3. La dificultad para percibir las consecuencias de las acciones porque estas pueden producirse lejos en el tiempo y/o en el espacio

Para poder afrontar estos problemas interdependientes, que se retroalimentan y evolucionan y cuyas consecuencias no podemos apreciar inmediatamente, necesitamos un nuevo lenguaje, el lenguaje de los sistemas.

EL LENGUAJE DE LOS SISTEMAS

Nuestro paradigma filosófico-científico-matemático occidental nos ha llevado a aproximarnos a los problemas con un lenguaje analítico, asumiendo que el todo no es más que la suma de sus partes, y tratamos, por consiguiente, de resolver los problemas dividiéndolos en problemas más sencillos que somos capaces de comprender y medir. Pero esta asunción es errónea, al menos en el contexto de los problemas complejos donde las personas están involucradas. En sistemas complejos, como son los grupos humanos, el todo es más que la suma de sus partes. Por ejemplo, imagina un grupo de 29 personas elegidas al azar reunidas durante una semana para tratar de desentrañar los misterios de la física moderna. No es probable que se produzcan grandes avances en el campo de la física bajo estas condiciones. Sin embargo, en octubre de 1927 un grupo de 29 personas se reunión en Instituto Internacional Solvay de Física y Química en Bruselas y contribuyeron al desarrollo de la teoría quántica. 17 de los 29 asistentes habían sido galardonados con el premio Nobel y entre ellos estaban científicos de la talla de Marie Curie, Albert Einstein, Max Planck, o Erwin Schrödinger. El todo, en este ejemplo, es mucho más que la suma de sus partes. El conocimiento y la interacción de todas estas personas tuvo como resultado el surgimiento de nuevos conceptos que nos permitieron profundizar en nuestro conocimiento del mundo.

¿Fue la capacidad analítica la que permitió llegar a este gran descubrimiento? No sólo, también fue necesario la capacidad de integrar y sintetizar el conocimiento, la capacidad de comprender como la interacción de distintos elementos produce fenómenos emergentes y como estos fenómenos emergentes son, a su vez, la causa de otros fenómenos.

Esto es el pensamiento sistémico, un lenguaje que permite comprender cómo las distintas partes que forman un sistema se organizan y se relacionan entre sí de manera interdependiente, y cómo esta organización e interdependencia condicionan su comportamiento del sistema en su conjunto.

El pensamiento sistémico es un lenguaje que está presente en la naturaleza y con el que convivimos a diario, la cadena alimenticia o el ciclo del agua son sistemas naturales autoorganizados y auto regulados, si quitamos al ser humano de la ecuación. También existen sistemas mecánicos de mayor o menor complejidad, como un termostato o el colisionador de hadrones. Y por último existen también los sistemas sociales, formados por individuos que se organizan de manera voluntaria y que tienen propósito por sí mismos, cómo nuestra sociedad.

Para afrontar cambios sistémicos, necesitamos hablar el lenguaje de los sistemas, porque el lenguaje lineal de causa efecto es insuficiente y nos lleva a tomar decisiones que pueden ser contrarias a nuestros intereses.  Es como si tratáramos de comunicarnos con una persona que hablara un idioma del que sólo conociéramos las expresiones más básicas, puedes hacerte una idea general del contenido, pero no puedes apreciar la profundidad del mensaje, los detalles o los dobles sentidos, esta es lo que pasa cuando tratamos de comprender la complejidad con un lenguaje lineal de causa-efecto, puedes ver la complejidad e interactuar con ella, pero no puedes anticipar los efectos que tendrán tus acciones ni cuando aparecerán sus consecuencias.

LA COMPLEJIDAD EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALES

Pero la complejidad no sólo afecta a los problemas externos a los que se enfrentas las organizaciones sociales, sino que también afecta a la forma en la que se organizan internamente, y por extensión, a los resultados que éstas pueden producir. Las organizaciones sociales operan con estructuras típicamente empresariales, jerárquicas y divididas en áreas funcionales, que están diseñadas para el orden y el control de la producción y los recursos. Aunque esto es necesario, la naturaleza del trabajo de muchas organizaciones busca empoderar a comunidades o colectivos en la lucha por sus derechos, tanto al desarrollo como los fundamentales, y esto es típicamente un resultado emergente, es decir, que supera la suma de las partes, y que necesita de algo más que el orden y control.

En nuestro camino conjunto con las organizaciones sociales para comprender la complejidad, hemos encontrado situaciones que se han ido repitiendo y que muestran la dificultad para dirigir una organización en cada una de sus etapas vitales, no porqué estas etapas sean demasiado complejas per se, sino porque, en la realidad, suelen convivir simultáneamente en la organización y sus fronteras son difusas. Algunas organizaciones son muy innovadoras en el diseño de sus programas, pero chocan con estructuras fuertemente institucionalizadas que se resisten al cambio lo que crea una discrepancia que suele terminar en frustración.

EL MODELO DE INGRESO

CDL_ModeloIngresos_OrganizacionesSocialesLa primera situación que nos hemos encontrado es cómo el modelo de ingreso afecta a la estructura y sostenibilidad de la organización. Muchas organizaciones para financiarse optan subvenciones públicas o donaciones que están sujetas a concurso, con un periodo estipulado para la presentación, resolución y liberación de los fondos. Esto provoca un retraso de meses entre el momento que la organización opta a financiación y el momento en el que la financiación es confirmada, creando incertidumbre sobre los fondos y los proyectos que podrán ser ejecutados. Este modelo de financiación limita la capacidad de las organizaciones de crear una estructura estable, puesto que la financiación tiene unos límites económicos y temporales definidos, empujando a unas a seguir una estrategia de crecimiento, y a otras a limitar su trabajo a los proyectos a medida que estos son financiados.

Muchas organizaciones optan por combinar el modelo de ingresos “institucional” con un modelo de ingreso ”particular”, proveniente de la captación de las donaciones individuales, pero el coste de la captación de fondos y la competencia con otras organizaciones, hace que este modelo sea cada vez más difícil de implementar.

EL CRECIMIENTO Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN

CDL_CrecimientoInstitucionalizacion_OrganizacionesSocialesLa estrategia de crecimiento más común que hemos observado ha sido la de replicar proyectos o programas en diferentes comunidades o territorios. Este modelo permite a la organización generar un volumen suficiente de trabajo como para centralizar y compartir una serie de recursos y atraer y retener talento.

La organización crece, y comienzan a hacerse necesario la estandarización de los procesos y la toma de decisiones para poder gestionar la dimensión de la operación. Comienza así un proceso de institucionalización que crea tensión entre la forma histórica de operar y el nuevo diseño necesario para adaptarse a los nuevos requerimientos. Esta etapa suele ser vivida como un proceso traumático porque afecta directamente a las personas y la organización no suele contar en ese momento con la experiencia de recursos humanos necesaria para hacer frente los conflictos emergentes.

LA BUROCRATIZACIÓN

Si la organización supera la etapa de crecimiento con éxito y se establece como referencia en el sector, con el tiempo entra en un proceso de burocratización.

CDL_Burocratizacion_OrganizacionesSocialesLa burocratización tiene una parte positiva en la estandarización de los procedimiento y procesos, que permite consolidar la cultura, introducir nuevas personas sin desestabilizar la operación y automatizar tareas para ser más eficientes. Pero también tiene un efecto negativo y es que, cuanto más se burocratiza la estructura y los procesos, menos se cuestiona su eficacia. Hemos observado que esto suele desembocar en la priorización de los reportes e informes, lo que sobrecarga de trabajo a los equipos y termina impactando en calidad de los programas, ya que, si no se corrige, la organización termina escorándose hacia el control de su operación en lugar de hacia su efectividad, su eficacia o su impacto.

Bajo estas condiciones, la organización pierde flexibilidad, se hace sensible a la obsolescencia y la productividad empieza a erosionarse.

LA RESISTENCIA AL CAMBIO

CDL_ResistenciaCambio_OrganizacionesSocialesEs en este momento cuando la necesidad de evolucionar y adaptarse se hace prioritaria y la innovación entra en juego, pero después de un largo periodo donde ha primado la estandarización de los procesos, la burocratización y el control, el llamamiento a los equipos para ser creativos no suele tener resultado, no porque las personas no sean lo suficientemente creativas, sino porque la estructura donde operan y su cultura no se lo permiten. Es aquí donde se hace más visible la resistencia al cambio, al tener que emplear habilidades que anteriormente habían sido penalizadas, y tener que hacerlo en un contexto de incertidumbre, ya que se percibe como una acción desesperada ante un contexto donde mi puesto de trabajo está en peligro.
Es en este punto donde las organizaciones sociales suelen hacerse conscientes del problema, de que algo no está funcionando y de que el riesgo es real, y es aquí donde perciben también que la manera que siempre han tenido de operar no está funcionando y que, probablemente, no volverá a funcionar.

CDL_MapaSistemico_OrganizacionesSociales

Pero esta situación no es terminal, sino que en la mayoría de los casos es reversible. Para hacerla frente con probabilidades de éxito hay que hablar el lenguaje de los sistemas, porque eso es lo que es una organización, un grupo de personas interconectadas y interdependientes que se organizan con un propósito. Nuestra mente científico-matemática no nos ayuda a entender los problemas complejos, porque para hacerlo no sirve fragmentarlos, sino lo contrario, visualizarlos en su conjunto y observar cómo se comportan. Esto es fácil gracias al pensamiento sistémico, un lenguaje que todos llevamos dentro y con el que nos relacionamos con el mundo, pero que nos resulta extraño porque hace tiempo que no practicamos.

 

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